La IA dominó Web Summit 2025, pero los asistentes se sintieron más atraídos por productos con lógica clara y UX predecible. La conclusión: el futuro no es “más IA”, sino sistemas híbridos donde la tecnología refuerza la simplicidad.
Conclusiones Clave 👌
Los usuarios prefieren claridad y previsibilidad frente a interminables funciones “smart”
La IA ya es una capa fundamental — no una ventaja competitiva. Y eso cambia cómo los productos ganan mercado
El futuro es híbrido: productos donde la IA amplifica, no reemplaza, la lógica del sistema
Introducción
Web Summit 2025 dejó algo muy claro: la IA ya no es una tendencia. Es infraestructura. Es el punto de partida.
Sin embargo, en decenas de conversaciones, demos y presentaciones, las personas se inclinaban hacia herramientas con lógica clara y flujos predecibles — los mismos principios que aplicamos al diseñar páginas de destino y sitios corporativos.
Este artículo explica por qué el diseño centrado en el usuario se ha convertido en el mayor factor diferenciador en un mercado saturado de IA y cómo define el desarrollo web moderno.
La IA Ya Es Infraestructura — y Eso Cambia las Reglas
Web Summit 2025 en Lisboa se sintió como recorrer un mapa gigante de IA. Presentaciones, pitches, demostraciones — prácticamente todos los productos usaban IA o querían parecerlo.
Pero el punto no era la omnipresencia de la IA.
Era que dejó de ser especial.
Cuando una tecnología se convierte en infraestructura, deja de importar qué es. Importa cómo ayuda al usuario.
Lo Que Vimos en el Web Summit: Conversaciones Reales en Nuestro Stand
Llegamos al Web Summit con dos productos — Toimi y Taskee — ninguno de ellos con la IA como eje de su propuesta de valor. Y, sorprendentemente, eso se volvió un imán.
En conversaciones con founders, product managers y equipos de operaciones apareció un patrón: fatiga por sobrecarga de IA.
Muchos habían probado múltiples herramientas en 2024–2025, pero sus flujos de trabajo se volvieron más pesados. Onboarding más largo, interfaces más caóticas y tareas que requerían revisar “lo que hizo la IA”. Generación excesiva de texto, poco progreso real.
La sensación general era honesta y repetida:
“La IA ayuda… pero a veces hace el trabajo más torpe.”
Y nadie preguntó: “¿Por qué no tienen más IA?”
Lo que sí preguntaron:
- ¿Dónde puede la IA fortalecer el producto sin romper su simplicidad?
- ¿Qué funciones realmente ayudan al equipo?
- ¿Cómo mantener una UX clara mientras se añade automatización?
Ya no buscaban más capas de IA.
Buscaban herramientas lógicas.
Muchos incluso mencionaron artículos nuestros como:
Principios sistemáticos de UX/UI intuitivo para productos digitales
Testing de usabilidad: métodos para aumentar conversiones
Todo apuntaba a lo mismo: el mercado valora la estructura predecible.
Muchos reconocían de inmediato nuestro enfoque para el desarrollo de marketplaces, donde la claridad siempre pesa más que el efecto visual.
Los Productos con Lógica Humana Se Han Vuelto Raros — y Eso Los Hace Más Valiosos
En medio de cientos de funciones de IA, los productos construidos sobre una UX clara, transparente y predecible destacaron de inmediato. Casi todas las conversaciones regresaban a la misma idea:
“Necesitamos herramientas que no peleen con nosotros — solo que nos ayuden a trabajar.”
Taskee destacó gracias a su jerarquía de estados clara y sus flujos predecibles.
Lo mismo ocurre con el enfoque por proyectos de Toimi — especialmente en sistemas estructurados como el Desarrollo eCommerce.
Esto reflejaba las mismas ideas que explicamos en:
Cómo crear una interfaz intuitiva y Diseño web: Elementos clave e impacto en el negocio.
De forma inesperada, esto resonó con lo que la gente buscaba en plena avalancha de IA.
La mayoría de las conversaciones terminaban con la misma conclusión: los equipos querían herramientas que no discutieran con ellos, que no añadieran pasos innecesarios y que no enterraran los flujos de trabajo bajo capas adicionales de interfaz. Querían una estructura de tareas sencilla, estados fáciles de explicar y una lógica que permitiera incorporar a un nuevo miembro del equipo en minutos — no en horas.
En 2025, la simplicidad dejó de ser “el estándar mínimo”.
Se convirtió en una ventaja competitiva.
2023–2024 nos mostraron de qué es capaz la IA. 2025–2026 plantea una pregunta distinta:
¿Puede tu producto seguir siendo valioso por sí solo — incluso si eliminas todo el brillo de la IA?
Y también: ¿Puede la IA convertirse en un amplificador natural, y no en la única idea del producto?
La IA Funciona Mejor Como Amplificador — No Como el Centro del Producto
Las conversaciones más sólidas en Web Summit convergieron en una sola idea:
la IA debe fortalecer el producto — no definirlo.
Los equipos no soñaban con sistemas totalmente autónomos o con IA que “lo controle todo”. Buscaban algo mucho más práctico: herramientas donde la IA automatice pasos rutinarios, ayude en la toma de decisiones y reduzca acciones repetitivas — sin quitar el control al usuario y sin convertir el flujo de trabajo en una caja negra.
Aquí es donde el mercado ya se siente más maduro.
El futuro pertenece a los productos híbridos:
- sistemas donde la IA está integrada en la lógica en lugar de estar pegada encima,
- interfaces que se mantienen predecibles incluso cuando hay automatización,
- flujos de trabajo donde los usuarios siempre entienden qué acaba de ocurrir — y por qué.
No magia.
No espectáculo.
Solo tecnología que encaja con la estructura en lugar de eclipsarla.
La Conclusión Principal del Web Summit
Web Summit 2025 reveló un cambio imposible de ignorar:
- el mercado está cansado de la narrativa “la IA lo resolverá todo”,
- aun así, nadie duda de que la IA es ahora una base poderosa,
- y, al mismo tiempo, crece la demanda de productos donde la lógica siga sintiéndose humana.
Las personas se inclinaron hacia soluciones que:
- les permiten trabajar con calma,
- no sobrecargan su atención,
- entregan resultados predecibles,
- y permiten que la IA intervenga solo cuando mejora - no cuando reemplaza - su proceso.
Este fue exactamente el entorno donde Toimi y Taskee se sintieron más naturales.
Una charla del Web Summit lo resumió a la perfección:
La IA amplifica lo que ya podemos hacer - pero no reemplaza la creatividad.
— Entrevista con ejecutivos de una plataforma social, Web Summit 2025 (Axios )
Conclusión
Web Summit 2025 dejó algo muy claro:
la IA se ha convertido en infraestructura. Seguirá avanzando más profundamente dentro de los productos, será más estable, más invisible y, con el tiempo, la capa por defecto de la mayoría de sistemas digitales.
Pero al mismo tiempo surgió otra verdad:
Los productos que las personas confían, recuerdan y vuelven a usar son aquellos construidos sobre lógica humana.
No los que tienen más funciones de IA, sino los que:
- tienen una estructura comprensible,
- mantienen un flujo de trabajo predecible,
- y no exigen un esfuerzo cognitivo adicional.
El futuro pertenece a herramientas que permiten trabajar con calma, confianza y sin fricción - sistemas donde la IA interviene solo cuando realmente mejora el proceso, no cuando lo complica.
Ahí es exactamente donde Toimi y Taskee se sintieron más naturales:
productos construidos sobre claridad, diseño pensado y una funcionalidad que se sostiene por sí misma - con la IA actuando como un amplificador preciso, no como la identidad central.
Esto no es resistencia a la tecnología.
Es madurez.
Cuando la lógica humana y la tecnología dejan de competir y comienzan a complementarse, aparece el tipo de producto que la gente realmente quiere usar - y seguir usando.
Lectura recomendada🤓
"The Coming Wave", Mustafa Suleyman
Sobre la ola que se aproxima de IA y biotecnología y cómo la humanidad puede mantener el control sobre ellas.
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"Designing with the Mind in Mind", Jeff Johnson
Principios psicológicos de la percepción para crear interfaces intuitivas.
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"The Brand Gap", Marty Neumeier
Cómo unir estrategia y diseño para crear una "marca carismática".
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Esperábamos mucha IA. No esperábamos que casi cada segundo producto construyera toda su identidad alrededor de ella. Y, paradójicamente, el interés más genuino surgió alrededor de soluciones donde la IA no era el punto — donde la estructura seguía sintiéndose humana.