
¿Qué tiene en común el outstaff con el Viejo Oeste? Para responder a esta pregunta, debemos examinar el significado de la palabra "headhunting", que en aquella época era bastante literal. Hoy en día, el outstaff se acerca más a este significado original en el sentido de que a menudo toma la forma de una búsqueda caótica de candidatos en lugar de un reclutamiento inteligente.
Esto se debe al aumento de agencias que reciben pedidos de outstaff, verifican la disponibilidad de especialistas relevantes con sus socios y luego los redirigen al cliente por una comisión.
Este modelo puede parecer inicialmente bien diseñado, pero en realidad tiene importantes deficiencias. En primer lugar, estas empresas suelen carecer de suficiente experiencia en TI para encontrar de manera fiable a los especialistas más adecuados. Al igual que las agencias de reclutamiento, solo pueden centrarse en cómo el CV del candidato coincide con los requisitos del cliente, pero no pueden realizar entrevistas técnicas ni evaluar habilidades con precisión. Esto aumenta el riesgo de que el cliente rechace al candidato.
En segundo lugar, estas agencias de headhunting buscan especialistas de boca en boca, lo que significa que intercambian contactos de desarrolladores entre sí. Como resultado, el cliente puede recibir el CV de un candidato que ya había sido contactado por otra agencia y pasó por la entrevista.
Es poco probable que este modelo de negocio tenga un futuro prometedor: después de una asociación fallida, el cliente buscará otras opciones.
Outstaff y retainer
Para que el outstaff sea efectivo, debe ser realizado por empresas de TI con un equipo de especialistas internos o que tengan acuerdos exclusivos con socios. Gracias a su amplia experiencia en desarrollo, las empresas de TI pueden seleccionar candidatos que cumplirán plenamente con los objetivos del proyecto. Por ejemplo, a veces aconsejamos a los clientes utilizar una tecnología diferente y más apropiada, lo que significa conseguir un especialista diferente al que originalmente requerían.
Hay un tipo particular de outstaff que ha estado recibiendo bastante atención últimamente, y se llama retainer. Bajo este modelo, el equipo del proyecto es gestionado tanto por el cliente como por el contratista, mientras que en el outstaff tradicional esta tarea se convierte únicamente en responsabilidad del cliente. Los especialistas contratados bajo retainer trabajan a tiempo completo, o al menos medio tiempo. Todo esto permite una comunicación más cercana y efectiva entre las partes.
Otro aspecto es que la empresa no solo entrega su personal al cliente, sino que se asegura de que estén en buenas manos. Por ejemplo, antes de comenzar, primero preguntamos sobre las condiciones laborales para conocer más sobre el proceso de gestión, averiguar con quién interactuarán nuestros empleados y comprender el ambiente psicológico en el equipo.
Retainer y outsource
En este punto puedes preguntarte: "¿En qué se diferencia el retainer del outsourcing, donde el personal también es gestionado por el contratista?"
La diferencia está en la flexibilidad. El outsourcing implica tarifas fijas, plazos fijos y un número fijo de tareas. El contratista se compromete a cumplir con el plazo y el presupuesto, y el cliente no puede imponer requisitos adicionales. Con el retainer, por otro lado, tienes tarifas variables, número flexible de horas y cantidad de tareas no estrictamente definidas. Aquí los acuerdos se pueden ajustar sobre la marcha.
Un proyecto grande es difícil de externalizar porque es difícil de predecir y estimar por adelantado. Como resultado, en algún momento puedes darte cuenta de que necesitas más tiempo, más dinero y más tareas para completar. En tales casos, sería más razonable trabajar bajo un modelo de retainer.
En general, el retainer puede describirse como un híbrido entre outsourcing y outstaff, una especie de outstaff inteligente, si se quiere. Y es muy probable que este modelo solo gane más tracción en el futuro.